Manifestaciones extraordinarias: Es el camino que Yo empleo para esta Hora, donde casi nadie me escucha ya.
Manifestaciones extraordinarias, porque las ordinarias no las atienden. ¡No me escucháis! No me escucháis ya.
Os hablo a través de los libros, de las buenas lecturas que nadie compra.
Os hablo a través de la Biblia, la Palabra de Dios que nadie lee.
Os hablo a través de la Eucaristía que (casi) nadie recibe en Gracia.
Os hablo a través de la oración, que nadie hace.
Os hablo a través del silencio, que nadie emplea, a través de la pobreza y las privaciones voluntarias, que nadie busca.
Y finalmente os hablo a través de mi Madre, a quien ya nadie acude. ¡¡¿Cómo podréis escucharme?!!
¿Cómo podréis escucharme, oh, cruel generación que matáis a los Profetas? Os envío profetas. Os envío el Don de profecía, que prolifera en estos días y al cual no hacéis caso y al cuál perseguís hasta dar muerte.
Os envío mi Espíritu en gran profusión a través de mi Eucaristía, en las Adoraciones, en los Sagrarios. ¿Cuántos acudís? ¿Cuántos acudís a recibirlo?
Me comunico a vosotros en vuestras comuniones, cuerpos a los que he de entrar con repugnancia, plagados como se encuentran de pecados. Aun así, os hablo, ¿cuántos me escucháis?
Os hablo a través del remordimiento de vuestra vida pasada y de vuestra vida actual de pecado, oh, ¡cuántos me escucháis!
Aun así, os digo Palabras de Amor, Palabras de Cariño...de las que huis con miedo. Os asusto. Os asusta mi Amor. ¡¿Por qué?! Decidme, ¿por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Por qué os asusta mi Amor, el Amor de Yo, que Soy Dios... ¿por qué? Es un Amor Infinito. ¿Por qué tener miedo? Borrará todas tus culpas, si te arrepientes con corazón sincero. Ven a Mí.
¡Venid a Mí y lo experimentaréis! Arrepentíos por un solo segundo. ¡Jugad a eso si queréis! ¡Probad a arrepentíos una vez por un solo segundo! Veréis a mi Espíritu descender sobre vosotros y arrebataros en su Amor mostrándoos su Belleza, de la que ya no podréis huir, no podréis huir más, porque os habrá cautivado.
No queréis. Decidme, ¿por qué no queréis? No queréis cambiar de vida. Es eso. Pero ¿por qué? ¿No veis cómo vuestra vida actual sólo os trae sufrimientos? ¿No queréis sufrir en esta hora actual con los santos?
¡Oh...! ¡Se acaba, se acaba el tiempo de salvación! ¡Ya no quieren ser salvados! ¡Los hombres no quieren ser salvados! Ya no.
¡Padre! ¡Padre! ¡Adelanta esta Hora! ¡Adelántala, pues los hombres ya no quieren ser salvados! Míralos, ¡no se cogen a mi Mano! No quieren... Caen en el abismo ¡¿Para qué me sacrifiqué?! ¡¡Para qué mi Sacrificio!!
Santos. ¡Santos de los Últimos Tiempos! Sabed que en vosotros pensé en aquella Hora de mi Pasión para tener cumplimiento en ésta de la Iglesia.
Sabed que vuestros sufrimientos de esta Hora me dieron valor para continuar con la Mía. Que mereció la pena por la Gloria que me dais tan sólo uno de vosotros. Sabed, en el Cielo llevaréis esta inscripción: «Los Santos de los Últimos Tiempos» los que supieron sufrir, los que supieron morir en la Hora de la Pasión de la Iglesia por la salvación de sus hermanos.
Los Santos sobre los que se cebó el último ataque fiero del Maligno sobre mis hijos. Los Santos sobre los que se derramó el Espíritu Santo en efusión nunca conocida en el mundo. Son los Santos cuya Pasión es más semejante a la Mía, porque es una Pasión sobre todo moral. Es una ruptura del Corazón, es una ruptura interior. Y sobre algunos también exterior.
Pero Yo os digo: Sabed que Dios-Jesús, en su Hora de su Pasión pensó en vosotros y que por el más insignificante recibió el consuelo, el grande consuelo para que su Corazón no se rompiera y pudiera seguir hasta el final. Que, por el amor de uno de vosotros, el más insignificante, le mereció la pena morir. Que fuisteis el Consuelo de Dios-Jesús en esa Hora y lo sois ahora para toda la Iglesia que agoniza en dolores de parto.
Daréis a Luz la Nueva Generación. La Iglesia no morirá, sino que, por vosotros, quedará nuevamente constituida.
Quedará renovada y su Pasión llegará a su fin, alcanzando su Resurrección. Esto es Doctrina de la Iglesia. Esto es Verdad de fe nuevamente revelada.
No añado nada nuevo. Lo especifico, lo aclaro para esta Hora.
Atended, escuchad el Don de Profecía, no lo desdeñéis.
Atended, escuchad a mis Profetas. Os hablan. Os hablan porque si callan estos, gritarán las piedras.
Cuando hayáis matado a todos mis profetas, entonces:
¡¡GRITARÁN LAS PIEDRAS!! Cfr. Lc 19,40.
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¡Yo no quiero el esfuerzo puntual de un día o de unas jornadas! ¡Yo quiero toda vuestra vida así, impregnada de esa exigencia cristiana, con todo lo que ello conlleva desde el principio hasta el final!
¿De qué me sirve a Mí una práctica externa si no hay un cambio profundo de conversión en vuestro corazón?
Si buscáis todavía la prosperidad material y el estado de bienestar para vuestra familia en lugar de cumplir la Voluntad de Dios. Si anteponéis los bienes materiales a los hijos, la realización personal a la felicidad y estabilidad familiar.
Tengo que deciros, hijos míos, que mi Corazón no está contento con vosotros.
¡Deseo más austeridad! Sacrificio. Oración. ¡Más vida de piedad! Externa e interna. ¡Más apertura a los hijos!, son un don de Dios. ¡Más amor entre vosotros, cónyuges!
Cónyuges a los hijos e hijos a los padres. ¡Más apertura externa!, más acogedores a los demás, a los que están perdidos, a los que buscan el calor de un hogar.
¡Consagraos a mi Corazón y al Inmaculado Corazón de María! Y vivid esa Consagración en el día a día.
¡Adorad la Eucaristía!, vivid de la Eucaristía y haced que otros la amen. Difundid la Devoción Eucarística.
¡Rezad el Rosario en familia!, es la práctica que os doy contra los ataques del Maligno contra la familia. Familia que rece unida, no perecerá, no perecerá a los ataques del Maligno para estos tiempos contra ella.
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No quiero tanto predecir acontecimientos futuros como cambio de corazones. Quiero volver a todos los hombres a Mí.
Ahora os preparo para acontecimientos venideros formándoos en el Amor absoluto, la entrega absoluta, la abnegación absoluta porque serán tiempos extremos para los que se han formado en las heroicidades.
Tiempos extremos, sí. En los que padres acusarán a los tribunales a los propios hijos, entregándolos a las fieras. Amigos matarán a amigos, hermanos a hermanos. Desesperación y caos en el mundo. Sólo la familia que logre reunirse congregada en torno a Mí y a mi Rosario permanecerá unida, será preservada. Aunque se le cierren todas las puertas.
Mirad, os preparo: amor extremo, sacrificio extremo, trabajo extremo... para poder vivir aquellos días. Grandes tentaciones que os harán querer abandonar tendréis que soportar. Se volverá muy duro seguir el camino.
Quiero prepararos al Amor de Dios. Quiero prepararos para que améis. Aunque os sintáis despreciados y humillados, abandonados de vuestros más queridos. Para la austeridad, privándoos voluntariamente de las cosas elementales, para cuando lo tengáis que hacer obligados.
Mis ovejas se dividen entre buenas y malas. Viene el Fin de los Tiempos.
Yo advierto a mis ovejas antes de enviar Castigos. Los que no sean fieles a la Voluntad de Dios perecerán entre terribles dolores de espanto cuando les llegue la hora.
Mientras, mi persecución a los santos hará que se llenen de gloria y envíen almas para la gloria en estos tiempos difíciles. Se necesitan grandes oblaciones, grandes sacrificios para salvar a mis hijos del pecado, para arrancarlos de las garras del Malo.
Esta es la síntesis del Mensaje, para qué me comunico a vosotros, para qué os escogí: El mundo camina hacia su autodestrucción, necesito heraldos de la paz que lleven este mi mensaje al mundo: ¡convertíos y creed en el Evangelio! Mc 1,15
Se silencian sistemáticamente todas mis manifestaciones poderosas. Encuentro pocos destinatarios de mi Mensaje.
Vienen días aciagos porque la humanidad lucha entre sí y contra Dios. Se rebelará el hombre, se rebelará la naturaleza y se rebelará Dios. Si no estáis prevenidos, muchos pereceréis.
Yo vengo a preveniros: cambiad de vida. Se acerca vuestra Liberación. Quien está en el llano huya a los montes.LC 21,21
El Señor viene, con su fuerza y Majestad. Todas las señales anunciadas están para cumplirse. Preparaos antes del Día. Veréis la Salvación de Dios.
Antes de que esto suceda, extended la Devoción al Corazón de Jesús por medio del Corazón de su Madre como piedra única de Salvación. Enseñad a mis ovejas a amarme. Ponedlas en el camino de vuelta.
Para lograr salvar al mundo se necesitan grandes oblaciones unidas a la Mía, grandes sacrificios. Yo he venido a buscar mártires entre vosotros por vuestros hermanos. Para eso os preparo.
Yo sé a quién he elegido. Mirad, no me conformo sólo con santidades «pasables», que cumplen con su deber ordinario… ¡quiero santos extraordinarios! Con heroicidad suma en todas sus virtudes.
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Porque la Gracia que se os derrama y que circula ahora por la Iglesia, no tiene nada que ver con aquella de otros años.
¿Cuándo se ha podido dar el derramamiento de la Profecía como ahora, en vuestros días?
¿Cuándo se ha podido comulgar con tanta frecuencia? ¿Cuándo tantas facilidades para ir a Misa? ¿Cuándo las Gracias Eucarísticas tan desbordadas desde la Custodia?
Dime, ¿cuándo tanta proliferación de conferencias, charlas, oraciones, Ejercicios o Jornadas religiosas?
¿Cuándo tantas facilidades para ordenarse como ministro o entrar en un convento?
¿Cuándo tanta difusión de la fe en todas partes y por todo el mundo?
Sin embargo, Yo me pregunto como tú, Marga: ¡¿Dónde están los santos de hoy?!
Cuando Yo venga, ¡¿Encontraré fe sobre la tierra?! Lc 18,8
Mira que aquí hablaba de estos Tiempos. Mártires del siglo XX, ¿qué espera para el XXI? ¡Apostasía!
¡APOSTASÍA DE LA FE! Vida licenciosa. Olvido de las costumbres cristianas.
Precisamente el derramamiento de mis Gracias y la poca correspondencia es lo que va a motivar sobre vosotros los Castigos. Persecuciones contra la fe… aquí sí muchos, muchísimos apóstatas. Apostatáis por lo más leve.
¿Qué no haréis cuando se os persiga? No…, este falso optimismo Yo no lo tengo. Yo Soy la Verdad. ¡No me valen vuestros cumplimientos conmigo! No me valen vuestros fingimientos.
No… que mientras con una mano la tendéis al pobre, con la otra asesinéis a vuestros hijos.
¡No…! que abandonéis a la esposa querida de vuestra juventud, para repudiarla y enviarla a prostituirse, mientras tomáis a otra prostituyéndoos vosotros también. ¡Oh, corazones de piedra!!
No que oprimáis al esclavo, que insultéis al rico. Que calumniéis al pobre.
¡No vuestra gula y pereza! No vuestras fornicaciones. No animales con hombres ni iguales con iguales. Vuestro pecado clama al Cielo, y hasta Mí sube vuestro hedor. ¡No! no pretendáis aparecer pulcros y blanqueados, mientras por dentro os estáis pudriendo.
Vuestra generación es una generación perversa, que se vuelve contra Dios.
Estás con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero ahora Yo he querido manifestarte mi Potencia y mi Furor.
Que sepáis que, por Justicia, ninguna de vuestras malas obras quedará sin retribución.
Vosotros tenéis que ser esos Santos que espera la Iglesia para su nuevo renacer. Se están acuñando ahora. Espero de vosotros santidad, pero santidad en grado sumo.
Espero que preparéis la Nueva Civilización. Muchos sois los llamados. Os conocéis entre vosotros. Apiñaos. Y formad la Nueva Civilización del Amor. Antes pasad todos por esta Purificación: «¡De todas vuestras inmundicias, Yo os voy a purificar!» Ez,36,25
Extractos de Mensajes 2005-2006 tomados del libro La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús.
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