Una Manifestación de Dios en 1953

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

La Santísima Virgen María se apareció en 1953 en el Barrio Rincón, Sabana Grande, Puerto Rico, durante 33 días, comenzando el día jueves 23 de abril y concluyendo el lunes 25 de mayo. Hasta los días de hoy, la aparición no goza de la aprobación eclesiástica. Esperemos que en el futuro la sentencia final se revierta.

En efecto, muchos ponen en duda que esta manifestación sea realmente de Dios. No obstante, dentro del concierto mariano que caracterizó al siglo XX, la aparición de la Virgen en el Barrio Rincón del pueblo de Sabana Grande, Puerto Rico, no sólo reúne, por mucho, todos los requisitos de una manifestación sobrenatural y auténtica, sino que además se erige, por su propósito, como una de las más trascendentales de la historia, sin que nos quepa la menor duda que en el futuro será reconocida como clave y fundamento de la nueva primavera que vendrá para la Iglesia.

Como es sabido, las revelaciones privadas no tienen el mismo carácter que la revelación pública y oficial de la Iglesia. No obstante, una vez que las revelaciones privadas sean probables y piadosamente creíbles, se les puede dar un asentimiento de fe humana[1]. Y lo más importante es que las apariciones de la Virgen no sólo se constituyen en un saludable recordatorio de Dios a vivir la vida evangélica de oración y penitencia, sino que también se traducen en un instrumento que viene a beneficiar grandemente al pueblo de Dios, pues en sus mensajes se ponen de relieve aspectos que hoy se encuentran muy olvidados; aclaran y visualizan en perspectiva actual profecías anunciadas por Jesucristo para estos tiempos y, en definitiva, resultan en un fuerte impulso para la vida espiritual en un momento específico de la historia de la Iglesia. Así por ejemplo, el Papa Juan XXII menciona la aparición a San Simón Stock (1251) sobre el escapulario carmelita y el privilegio sabatino. La renovada devoción al Sagrado Corazón de Jesús fruto de las revelaciones que recibiera Santa Margarita María Alacoque, o las mismas de Fátima respecto a la devoción al Corazón Inmaculado de María y la reparación eucarística de los primeros cinco sábados de mes, o incluso, por ejemplo, la festividad de la Divina Misericordia que se celebra el domingo siguiente posterior a la Resurrección, según las revelaciones a la polaca Santa Faustina Kowalska.

Así, en este contexto surge la Aparición de la Virgen del Rosario con un propósito estrechamente vinculado a varios conceptos que se encuentran revelados tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento y particularmente en el Libro del Apocalipsis.

Respecto a la historia de la aparición, existe bibliografía que recoge en forma más o menos detallada lo que ocurrió en Sabana Grande en el año de 1953, y que remitimos al lector para que pueda profundizar en la misma, según el libro publicado por True Way Productions, Inc, La Verdadera Historia: La Aparición de Nuestra Señora del Rosario, de Noelle Méndez y Nidia Portela, cuya primera edición fue de 1989 y la última del 2009; el libro de su servidor, Una Nueva Estirpe. La Misión de la Virgen del Rosario, editado en México por CEFEC y en Puerto Rico por True Way Productions, Inc, en 1993. También de este servidor el libro Un Mandato Venido de lo Alto de 2008. En video se puede encontrar la historia de la aparición con tomas recogidas de la época de las apariciones, y la información periodística que testimoniaba el hecho irrefutable de las manifestaciones divinas y de las decenas de miles de personas que asistieron al lugar para participar de las gracias que el cielo derramaba por la presencia de la Madre de Dios.

La Aparición de la Virgen del Rosario

No obstante, y con el objeto de poder resumir la esencia de esta manifestación de Dios, precisamos a continuación los aspectos más importantes:

Lugar de la Aparición: Pueblo de Sabana Grande, al suroeste de la isla de Puerto Rico.

Videntes: tres niños. Juan Ángel Collado de 8 años y las hermanas Ramonita e Isidra Belén de 7 y 9 años respectivamente.

Duración de la Aparición: 33 días consecutivos, del jueves 23 de abril al lunes 25 de mayo.

Título con que la Virgen se presenta en esta Aparición: Virgen del Rosario.

Primeras palabras de la Virgen: "No tengan miedo". Dichas palabras fueron pronunciadas el tercer día de la aparición.

Hora en que se aparece: 11:00 de la mañana.

Lugares donde se apareció o visitó la Santísima Virgen: El pozo, símbolo de la gracia;  la escuela, símbolo de la formación; y la casa del niño Juan Ángel, como símbolo de la vivencia del mensaje.

Prendas de la Santísima Virgen: Ella se aparece con 7 prendas de vestir: una corona horizontal de 7 estrellas; su manto azul; su túnica blanca; un broche sobre su cuello; el Santo Rosario entre sus manos; un cinturón; una sandalia visible del pie derecho. De su vestimenta se aprecia que la Virgen vino vestida de Iglesia.

Mensajes: Dejó 7 mensajes con la indicación de que fueran revelados al mundo cuando ocurrieran ciertos acontecimientos. A la fecha se han revelado 4 completos y 2 parcialmente.

Propósito de su Aparición: La Virgen vino a Sabana Grande con la encomienda específica de formar una Nueva Estirpe, es decir, la formación de un grupo de hombres y mujeres comprometidos a vivir plenamente el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, que inaugurando una Nueva Comunidad culminen el triple propósito de la Restitución, la Plenitud y el logro del llamado Propósito Séptimo.

Metodología: La Virgen establece un Plan de Crecimiento Espiritual para el cumplimiento de sus propósitos, para lo cual simbólicamente pide la construcción de una capilla de 7  lados o planos que a su vez simbolizarán ese crecimiento espiritual en 7 etapas hasta lograr la Plenitud. Asimismo, Ella menciona en los mensajes 7 clases de hijos, a saber: "hijos de Dios", "hijos de la Iglesia", "hijos predilectos", "hijo verdadero y predilecto" (el Papa), "mi Amadísimo Hijo" (Jesucristo), "hijos míos" e "hijos nuevos".

Hechos significativos: En el primer día de la aparición, se manifiesta un Arco iris como símbolo de la Alianza de Dios con los hombres. Era asimismo señal inequívoca de que algo sobrenatural ocurriría en ese lugar.

El anuncio con varias semanas de anticipación de que el día lunes 25 de mayo de 1953 ocurriría un milagro: el Milagro del Sol, que fue atestiguado por decenas de miles de personas. Junto con Fátima es el único lugar de apariciones donde se anunció con anticipación un milagro público  para que todos creyeran.

Non Constant de Supernaturaliter

El 3  de abril de 1989, el obispo de Mayagüez, Mons. Ulises Casiano Vargas, de acuerdo a la – supuesta – investigación canónica que se llevó a cabo y en base a los documentos y testimonios recogidos, determinó que sobre los fenómenos ocurridos en Sabana Grande en 1953 no constaba la sobrenaturalidad, es decir, non constant de supernaturaliter. [2] No obstante, dicha sentencia no cierra ni anula la posibilidad de que el día de mañana pudiera establecerse el hecho histórico o sobrenatural de las apariciones[3]. Así las cosas, nadie está obligado a creer en estos sucesos, pero tampoco se estableció que hubiera en la aparición mensajes o hechos que se opusieran al depósito de la fe.

En este sentido, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe ha establecido cuáles son los criterios que se deben seguir en tratándose de una supuesta aparición o revelación privada. Fundamentalmente, el obispo del lugar una vez nombrada una comisión investigadora integrada por expertos o peritos en materia de fe, de medicina, de ciencia, y cualesquier persona que pueda esclarecer la verdad histórica, filosófica, teológica, natural y científica de los hechos a analizar, debe apegarse a los siguientes criterios:

Que haya concordancia con la doctrina y fe de la Iglesia Católica. Concordancia con las normas morales de la Iglesia.

Existencia de signos objetivamente comprobables y comprobados que confirmen las afirmaciones hechas por los videntes o las personas favorecidas con la manifestación supuestamente sobrenatural. Para la misma canonización de los santos, aunque se haya demostrado la heroicidad de las virtudes de la persona que se trate, se requiere la presencia de milagros que confirmen la santidad de la persona.

Esta comprobación en cuanto sea posible debe ser científicamente demostrada, por ejemplo, con las curaciones milagrosas de Lourdes.

Existencia de frutos sobrenaturales, conversiones, vida de oración, frecuencia de sacramentos, especialmente de la penitencia y de la Eucaristía; cambios de vida que sean permanentes y que no sean meramente frutos de un emocionalismo, fantasía o fanatismos pasajeros.

Obediencia a la autoridad de la Iglesia, especialmente al magisterio; sobre todo, obediencia al Papa, su enseñanza, y a su persona como vicario de Cristo.

En la práctica actual son excepcionales los casos en que el obispo del lugar haya emitido algún reconocimiento inicial de  alguna  aparición en el  siglo XX, y  esto en gran medida porque el proceso es muy largo y la Iglesia no tiene necesidad de emitir alguna resolución en tratándose de revelaciones privadas y máxime cuando su juicio no queda comprometido bajo ningún aspecto.

Una Imagen Coronada

Lo que sí ocurre con más frecuencia es que se permita el culto privado a una particular advocación mariana sin que necesariamente se entre al juicio sobre el fondo de la aparición. En el caso de Sabana Grande debe quedar en claro – por increíble que parezca –, que el 23 de noviembre de 1986, en misa solemne celebrada por S.E. R. Mons. Fremiot Torres Oliver, entonces Presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, coronó canónicamente a la imagen de la Virgen del Rosario como Peregrina de las Gracias,[4] lo que la hace sujeta de culto público, al menos en toda la isla de Puerto Rico. Y mientras no sea descoronada canónicamente, hecho que no creemos que suceda, la imagen de la Virgen sigue y seguirá siendo sujeta de culto público. Así lo establece el Derecho Canónico.

Siete Dimensiones del Culto Mariano

A lo largo de los 33 días de la aparición ocurrieron un sinnúmero de hechos, todos ellos documentados, que dejan en claro que la aparición de la Virgen del Rosario conlleva una profunda enseñanza evangélica y una ascética espiritual en total conformidad con las enseñanzas de la Iglesia.

Al margen de que el lector puede consultar el libro de Noelle Méndez sobre todos estos eventos que se transformaron en enseñanzas y que se conocen como "escuelitas", parece oportuno, para dejar constancia de que esta manifestación está perfectamente vinculada al espíritu de la Iglesia, traer a colación los lineamientos de la Exhortación Apostólica Marialis Cultus del Papa Paulo VI, que establece cuáles son las siete dimensiones del culto mariano, de las cuáles tres hacen referencia al Dogma y que son la Trinitaria, Cristológica y Eclesial; y cuatro que hacen referencia a la Pastoral y que son la dimensión Bíblica, Litúrgica, Ecuménica y Antropológica.

Antes de mencionar las distintas relaciones, expresaremos cuál es el sentido de cada una de estas dimensiones, que expresa el auténtico culto a María Santísima.

Así tenemos:

Dimensión Trinitaria: aquí la devoción y culto a María queda enmarcado en cuanto que la Virgen es el punto de unión entre la iniciativa del Padre (que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, y que en vistas de su Hijo, camino de salvación, eligió a María desde toda la eternidad como Madre de su Hijo), la consecución del Hijo (por medio de María en el Misterio de la Encarnación) y la guía del Espíritu Santo en la Iglesia a través de la historia con María (se inicia la Iglesia en Pentecostés con la Virgen y la continúa asistiendo hasta nuestros días)

Dimensión Cristológica: aquí la devoción y culto a María queda enmarcada en cuanto a que la Santísima Virgen guarda estrechísima relación con el Salvador de la Humanidad, por tanto, el amor a María llevará a conocer mejor a Cristo, hasta alcanzar la medida de la Plenitud en Él[5].

Dimensión Eclesial: en cuanto a que toda la Iglesia, por ser el Cuerpo Místico de Cristo, es hija de María y todos los miembros son hijos de María, por tanto, el amor a María llevará necesariamente a aumentar el amor a la Iglesia.

Dimensión Bíblica: en cuanto a que la devoción y culto a María queda enfatizado a que debe tener sustento en la Sagrada Escritura como libro fundamental de oración y santidad.

Dimensión Litúrgica: relacionada íntimamente con la dimensión bíblica, ya que la devoción a la Virgen nos ayudará mejor a vivir el ciclo litúrgico de la Iglesia, tomando en cuenta los tiempos litúrgicos: Adviento, Navidad, Epifanía, Cuaresma y Pentecostés.

Dimensión Ecuménica: que la devoción ayude al restablecimiento de la unidad de los cristianos.

Dimensión Antropológica: que la devoción y culto a la Virgen María nos presenta a Ella como modelo de santidad y de virtud ante todos los elegidos.

A continuación vamos a citar brevemente algunos aspectos de la aparición o de su enseñanza y veremos cómo responden puntualmente a algunas de las dimensiones que establece el Papa en su Exhortación Apostólica Marialis Cultus.

Treinta y tres (33) días de la Aparición – D. cristológica y eclesial. Los 33 días de la aparición nos recuerdan y son signo de los 33 años de la vida de Jesucristo, y el año 33 de la era cristiana es signo de la fundación de la verdadera Iglesia.

Siete (7) Prendas de Vestir y Siete (7) Mensajes – D. trinitaria, bíblica y cristológica. La trinitaria se vincula en cuanto a que el número 7 hace referencia a la Plenitud de Dios Uno y Trino, pues Dios es perfecto en su Unidad y Trinidad. La bíblica por cuanto a que en las Sagradas Escrituras el número 7 es símbolo de Plenitud, tal es el caso de los siete días de la creación. La D. cristológica se aplica por cuanto a que el Verbo se hizo carne en la Plenitud de los Tiempos.

Siete Estrellas en su Corona.- D. eclesial y antropológica. La eclesial se aplica por cuanto que el centro de la Iglesia lo constituyen los siete sacramentos. La D. antropológica, por cuanto que las siete estrellas son símbolo también de las siete virtudes - en contra de los siete pecados capitales – y que la Virgen invita a vivir en ellas.

La Estrella Mayor de su Corona.- Cristológica y litúrgica. La primera por cuanto a que la estrella mayor es símbolo de la eucaristía, que es el Cuerpo, la Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. La litúrgica porque la Santa Misa es el centro de la vida de la Iglesia y de la liturgia.

Su Manto Azul.- D. eclesial, antropológica y ecuménica. La D. eclesial porque es madre de la Iglesia y con su manto protege a todos sus hijos. Es antropológica porque Ella es quien nos protege bajo su manto con el poder y la gracia que Dios le da. Y ecuménica porque también cubre a todos los hombres de la tierra, sin distinción de raza, color o creencia.

Su Rosario entre sus manos.- Trinitaria, cristológica, eclesial, litúrgica, bíblica y antropológica. El santo rosario es una alabanza a las tres personas divinas; se centra en la Vida, Pasión, y Muerte de Jesucristo; asimismo nos recuerda la fundación de la Iglesia y nuestro peregrinar en la tierra. Es litúrgica porque nos recuerda todos los ciclos litúrgicos en la meditación de los santos misterios. Es bíblica porque el rosario está fundado en las Sagradas Escrituras. Y es antropológica porque María lo lleva entre sus manos.

Tercer Día Desciende de la Nube.- D. cristológica y litúrgica. Esto porque nos recuerda las Resurrección de su Hijo y el Tiempo Pascual de la Resurrección.

El Arco iris del Tercer Día.- Se le aplican la D. trinitaria y bíblica por cuanto a que el Arco iris expresa los siete colores de la luz prismática que es imagen del Dios Uno y Trino. La ecuménica se relaciona por cuanto a que es símbolo también de la alianza de Dios con todos los hombres que estén dispuestos a aceptarla.

Las Once de la Mañana.- Litúrgica porque es signo del Adviento que precede el Reino de Cristo en la tierra, y por tanto, tiempo de oración, sacrificio y penitencia. Es bíblica porque la aparición de la Virgen del Rosario es símbolo de la última hora para la conversión del mundo y que el evangelista San Mateo nos recuerda en el C. 20, 6 y 9.

No Tengan Miedo.- Antropológica y bíblica. Lo primero porque la Santísima Virgen nos invita a vencer el miedo al abandonarnos y dejándonos guiar por Ella; asimismo es bíblica, en cierto sentido, ya que son varios los textos de las escrituras donde el mensajero de Dios nos invita a no tener miedo ante el contacto del mundo sobrenatural. Así le sucedió a Zacarías, por ejemplo.[6]

Ángeles Escoltan a la Virgen.- Bíblica y eclesial, porque Ella es Reina de los Ángeles y de todo lo creado; además de recordarnos el mundo angélico tantas veces citado en la escritura.

Los Pinos que se Inclinan ante su Paso. Igual que el anterior, porque Ella es Reina y Señora de todo lo creado.

La Campana.- La Santísima Virgen la hizo sonar en el salón de la Escuelita. Al igual que las 11 de la mañana, refleja su dimensión litúrgica y eclesial, en cuanto al llamado de la hora, del Adviento que precede el Reino de Cristo en la tierra, y por responder con prontitud a la oración, sacrificio y penitencia para poder formar a los apóstoles de estos tiempos.

¿Por qué eres tan Hermosa? Le dijo el niño Juan Ángel a la Santísima Virgen. D. Bíblica y eclesial. Nos recuerda la festividad de la Inmaculada Concepción descrita en el Evangelio[7] y la fiesta litúrgica del 8 de diciembre.

Visión del Bautismo de Jesús. Es trinitaria porque en el pasaje del bautismo se revelan las Tres Divinas Personas; eclesial, porque el bautismo es un sacramento de la iglesia. Bíblica porque está descrito en la escritura y es litúrgica porque da inicio a la vida pública de Jesús.

La Visión del Crucificado. Visión que le mostró la Virgen al niño Juan Ángel cuando éste le dijo que quería siempre estar a su lado, y Ella al mostrársela le dijo. "Esto significa estar a mi lado". Nos recuerda el tiempo litúrgico de la Semana Mayor – después de la cuaresma -; y porque la vida del cristiano debe seguir los pasos de Cristo: sufrimiento, calvario y cruz.

"No Viniste porque no Quisiste". Palabras que la Virgen le dijo un día al niño Juan Ángel cuando éste le dijo que no había ido a la aparición porque estaba enfermo. Bíblica, porque nos recuerda que el primer mandamiento de la ley de Dios es Amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas.

La Virgen Canta con los Ángeles.- Trinitaria por cuanto a que los ángeles fueron creados por Dios para adorar a las tres Divinas Personas. Bíblica por cuanto nos recuerda la creación de los ángeles; su función mediadora entre Dios y los hombres. Y litúrgica en el propósito que estos espíritus angélicos desarrollan en la Santa Misa como centro de la vida litúrgica de la Iglesia.

La Virgen pide Hortensias.- D. Antropológica, porque Ella quiere que seamos como esas flores azules y rosas, al igual que el color de su manto y su vestido en el último día de la aparición – igual que la Virgen de Guadalupe. El color azul como símbolo del mundo sobrenatural en el cielo y el rosa como símbolo del mundo sobrenatural en la tierra.

La Virgen bendice el Agua del pozo.- Eclesial por cuanto a que el agua es símbolo de la gracia de Dios. Ecuménica ya que Ella dijo que todo hombre que con fe tomara agua de este pozo podía obtener su curación física o espiritual.

La Lluvia de Colores y el Milagro del  Sol.- Dimensión trinitaria, cristológica y bíblica. Como se ha dicho, el Arco iris es símbolo de la perfección septiforme del Dios Uno y Trino, y el milagro del sol símbolo de Cristo resucitado, según se desprende en el libro del Apocalipsis, en la visión imponente que tiene Juan de Jesucristo.

Cómo el lector podrá comprobar, los signos y símbolos que rodearon a la aparición de la Virgen del Rosario responden a una verdadera catequesis ascética y mística, que no hubiera podido resistir un análisis profundo, sin reconocer la presencia de Dios en este lugar.

Junto a todas estas consideraciones y de acuerdo a los criterios de discernimiento sobre una aparición auténtica, no se deben soslayar los múltiples y numerosos testimonios que se han documentado sobre curaciones físicas desde la época de las apariciones. Del mismo modo, la conversión de decenas de miles o cientos de miles de personas que a lo largo de todos estos años, desde el año de 1953, y luego a partir de que el propósito de la aparición comenzara a tener lugar 30 años después de la aparición, es decir, a partir de 1983[8]; encontramos las condiciones fundamentales de lo que es una revelación privada digna de creer: mensaje evangélico, conversión y milagros comprobados.

Al hacer un análisis de todo lo que es la aparición de la Virgen, así como sus signos y simbolismos y toda su enseñanza en general encontramos un fundamento que permite confirmar que esta aparición verdaderamente viene del cielo y que la mano de Dios está presente.

No obstante, la comisión que investigó los hechos, tanto en 1953 en su caso - pues en realidad no investigó nada o casi nada - como la que investigó a mediados de los años 80', llegó a la conclusión que la evidencia mostrada no era suficiente para probar el hecho sobrenatural. Pero la realidad de los hechos es que un trabajo como éste requiere de muchas horas, días, semanas, meses y años de estudio serio para poder realmente asegurar una decisión que sea ajustada a la verdad histórica, filosófica, teológica y científica de los sucesos pretendidamente sobrenaturales. Entrevistar a todos los testigos que quieran aportar su dicho;  a los videntes, a sus familias; analizar su perfil psicológico, su entorno, su condición humana; analizar a fondo los mensajes; evaluar científicamente los posibles milagros y curaciones y un largo etcétera.[9]

Estamos convencidos que el buen criterio se impondrá al final. Las verdaderas manifestaciones de Dios pronto darán de qué hablar, pues sus anuncios proféticos están ya por tener lugar y grandes señales del cielo serán vistas por todos los hombres. Y entonces habrá que tomar una  decisión, y los que mancillaron, obstaculizaron  y persiguieron lo que era de Dios se darán golpes de pecho, pero para muchos será ya demasiado tarde.

[1] Las Beatificaciones y Canonizaciones de los Santos II, 32, 9 del Papa Benedicto XIV.

[2] ¿Por qué fue hasta finales de los años 80' que se emite un decreto si los sucesos ocurrieron y terminaron en 1953? Pues es a virtud de que no constaba estudio alguno por parte de la Iglesia local en ese entonces de los hechos pretendidamente sobrenaturales ocurridos en Sabana Grande. Fue hasta fines de los 80', que un grupo de laicos por medio de la Asociación pro Devoción a la Virgen del Rosario que solicitó a la diócesis de Mayagüez que ante tal omisión estudiara el hecho de la aparición, facilitándole la Asociación la información y documentación que fuere necesario para tal efecto. Pero si se toma en consideración que las apariciones estuvieron sucediendo durante 33 días (23 de abril a 25 de mayo) es de esperar que se hiciera un análisis más profundo y extensivo de los testimonios de los videntes. Sin embargo, la realidad fue que a las niñas Ramonita e Isidra las entrevistaron una hora y 30 minutos. Al Sr. Juan Ángel Collado se le entrevistó una hora 40 minutos. Además se obviaron testigos imprescindibles de los sucesos, como la Señora María Pinto y  Sr. José Collado (padres del vidente, Juan Ángel Collado); a los papás de las videntes Ramonita e Isidra Belén. Al Sr. Eladio García, policía asignado en los primeros días de mayo de 1953 para proteger y dar seguridad a los niños videntes, quien estuvo todo el tiempo con ellos. A Herminia Figueroa, maestra de cuarto grado de los videntes Juan Ángel y Ramonita y testigo de los acontecimientos ocurridos durante las apariciones, entre otros testigos fundamentales.

[3] En materia de apariciones y revelaciones privadas, el último Juez es el Romano Pontífice.(Ver, León X, 5° Concilio de Letrán).

[4] El misterio de gloria se evidenció para todo el mundo cuando se celebró una Misa solemne en el "Coliseo Pachín Vicens" en Ponce, oficiada por S.E.R. Mons. Torres Oliver, con el propósito de que  miles de personas devotas agradecieran a la Iglesia el reconocimiento extendido entonces como Asociación Católica Privada sin Personalidad Jurídica. Esta imagen de la Virgen del Rosario fue coronada canónicamente en dicha Misa solemne y a partir de esa fecha se le conoció bajo el título de "Peregrina de las Gracias". La misma fue peregrinando, solemnemente, por la mayor parte de los pueblos de la Diócesis de Ponce y Arecibo.

[5] Efesios 4, 13.

[6] Lc I, 13.

[7] Lc I, 28.

[8] En una semejanza de los 30 años de vida oculta de Jesucristo, ya que no obstante haber ocurrido la aparición de la Virgen en 1953, su propósito  era para el hombre de este tiempo. A diferencia de Fátima, por ejemplo, cuyo  mensaje y propósito (la consagración y conversión de Rusia y la comunión reparadora de los primeros cinco sábados de mes) estaban para cumplirse en el tiempo de la aparición  que, si se hubiera obedecido, ciertos eventos pudieran haberse evitado ahora.

[9] Monseñor Pío Bello Ricardo S. J., obispo de Los Teques, capital del Estado Miranda, Venezuela, evaluó personalmente las apariciones ocurridas en Finca Betania, cuyo resultado, a los tres años, fue el reconocimiento de la aparición como auténtica y su origen sobrenatural, contenido en la instrucción pastoral del 21 de noviembre de  l987. Es un ejemplo a seguir de lo que debe ser un estudio a conciencia al entrevistar a más de 200 testigos, recoger y estudiar 381 declaraciones escritas y dedicando al estudio de 400 a 500 horas.. En su instrucción el obispo puntualiza: "No intento afirmar que todas y cada una de las apariciones acaecidas en Finca Betania sean auténticamente tales...ha habido casos de simple alucinación...también en Lourdes hubo numerosos pseudo videntes, pero todo eso no quita validez a los numerosos  testimonios a los que sí les concedo credibilidad."

Luis Eduardo López Padilla

13 de Mayo del 2013