El pasado 21 de mayo el Padre Benedicto XVI –Papa Emérito– ha dicho según un comunicado anónimo de la Sala de Prensa Vaticana, que son “puras invenciones” las últimas suposiciones sobre el Tercer Secreto de Fátima, según las cuales la Santa Sede no habría publicado todo y que en la parte oculta “se hablaría mal del Concilio y de la reforma litúrgica”.
La exclusiva de Pentecostés
Estas fuertes revelaciones surgen de parte del teólogo alemán, el Padre Ingo Döllinger, amigo personal de Benedicto XVI, quien habría dado a Maike Hickson para el sitio “OnePeterFive” un anuncio más que explosivo, describiendo un diálogo cara a cara con el entonces Cardenal Ratzinger:
“No mucho tiempo después de la publicación –en junio de 2000– del Tercer Secreto de Fátima por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Joseph Ratzinger dijo al padre Döllinger, durante una conversación que hay una parte del Tercer Secreto que todavía no han publicado. ‘Hay más de lo que hemos publicado’, dijo Ratzinger. Además le dijo a Döllinger que la parte publicada del secreto era auténtica y que la parte inédita del Secreto habla de un ‘mal Concilio y de una Misa mala’, que habrían llegado en un futuro próximo. El Padre Döllinger me dio el permiso de publicar estos hechos en la fiesta del Espíritu Santo y me dio su bendición”, terminó citando Maike Hickson.
Rompe el silencio el Papa Emérito
El desmentido de la Sala de Prensa Vaticana, inédito y fuminante, llegó como hemos dicho el 21 de mayo en donde se citan las palabras de Benedicto XVI:
“Algunos artículos publicados recientemente atribuyen al profesor Ingo Döllinger declaraciones según las cuales el Cardenal Joseph Ratzinger, después de la publicación, en junio del año 2000, del Tercer Secreto de Fátima, le habría confiado que dicha publicación no era completa”. “A tal propósito” —continúa el comunicado—, “el Papa Emérito Benedicto XVI comunica que ‘no ha hablado nunca con el Profesor Döllinger acerca de Fátima’ y afirma claramente que las frases atribuidas al Profesor Döllinger sobre ese tema son ‘pura invención, absolutamente no verdaderas’ y reitera decididamente: ‘La publicación del Tercer Secreto de Fátima es completa’”.
Este hecho resulta poco menos que desconcertante y nos lleva a recordar las palabras que dijera el entonces Cardenal Ratzinger en 1984 y que resultan en forma y fondo distintas a lo revelado en junio del 2000 por el propio Cardenal como el Secreto de Fátima, y que, con lo recientemente publicado por la Sala de Prensa Vaticana, enrarece más este tema del Secreto de Fátima.
Palabras del Cardenal Ratzinger en 1984
Es conocida la entrevista que concedió el entonces Prefecto para la Doctrina de la Fe al periodista Vittorio Messori en el año 1984 y que fue publicada en la revista paulina Jesus el 11 de noviembre con el título “Por eso la fe está en peligro”; publicada con el permiso explícito del Cardenal. En esa entrevista, el Cardenal Ratzinger reveló que él había leído el Tercer Secreto y que el Secreto se refiere a “los peligros que amenazan la fe y la vida de los cristianos y por lo tanto (la vida) del mundo”.
Y a la repregunta de por qué no había sido revelado, el Cardenal contestó: “Porque de acuerdo al juicio de los Papas, esto no agrega nada diferente a lo que un cristiano debe saber respecto a lo que surge de la Revelación: es decir, un llamado radical a la conversión; la importancia absoluta de la historia; los peligros que amenazan a la Fe y a la vida de los cristianos, y por lo tanto del mundo. Y entonces la importancia de los ‘novissimi’ (los últimos eventos y el fin de los tiempos). Si esto no se hizo público –al menos por el momento– es para evitar que la profecía religiosa sea malinterpretada para buscar el sensacionalismo. Pero las cosas contenidas en ese ‘Tercer Secreto’ corresponden a lo que ha sido anunciado en la Escritura y se dijo una y otra vez en muchas otras apariciones marianas, en primer lugar, la de Fátima en la que ya es conocido lo que contiene su mensaje. Conversión y penitencia son las condiciones esenciales para la ‘salvación’.
Entonces, si el Tercer Secreto fuera únicamente la visión profética del atentado contra el Papa conforme se reveló en el año 2000, no se entiende por qué el Cardenal Ratzinger en 1984 (es decir, 3 años después del atentado que sufriera Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en 1981 y que fue la interpretación que sobre la visión dio el Secretario de Estado Vaticano, Angelo Sodano y confirmada por el propio Ratzinger) habría de decir que debía evitarse la publicación “para evitar el sensacionalismo”. La pregunta es ¿cuál es el sensacionalismo de un atentado que ya se produjo y que ya no tiene nada de dramático?... O al menos que en 1984 Ratzinger hablaba del Tercer Secreto como algo que podía desencadenar el “sensacionalismo” a causa de la “profecía religiosa” que contiene el Secreto, pero entonces aquí no se está refiriendo a la visión –de apariencia inocua– sino de otro texto. Más aún, en el Comentario Teológico que hace el propio Ratzinger en el 2000 dice algo muy distinto a lo que dijo en 1984: “Quien lee con atención el texto del llamado Tercer Secreto (…) tal vez quedará desilusionado o asombrado (…). No se revela ningún gran misterio; no se ha corrido el velo del futuro”.
A mayor abundamiento, a sólo cuatro años de que se revelara el Secreto en el año 2000, el 13 de octubre de 1996, el Cardenal Ratzinger celebró en Fátima una conferencia de prensa –muy poco conocida–, y a la puntual pregunta sobre la futura divulgación del Secreto, contestó el prelado lo siguiente: “La divulgación del Secreto debe realizarse sólo cuando no haya riesgo de crear unilateralidad y desequilibrios, concentrados únicamente en los detalles; la revelación debe producirse sólo cuando pueda entenderse que este hecho ayuda al progreso de la fe” (Miguel Aura. Totus Tuus. p.137).
Entonces, si lo revelado en el 2000 es la visión del Santo Padre que sale medio tembloroso de una ciudad medio en ruinas para posteriormente ser asesinado, ¿dónde están los “detalles” que han impedido durante tantos años su divulgación, “detalles” tan explosivos como para llegar a poner en crisis, según Ratzinger, el “progreso de la fe”? Por tanto, en el texto de la visión no se encuentran detalles explosivos; más aún, el prelado ha dicho que el texto dejaría “desilusionado a la mayoría pues no se descubre ningún misterio”. Así es, la visión nos muestra sólo un penoso retrato de la Iglesia de los mártires encabezada por el Papa.
Repetimos, ¿el cardenal Ratzinger no podría estarse refiriendo en 1996 a otro texto? ¿Cuál era ese detalle violento que podría monopolizar la atención de la opinión pública con el riesgo de resultar explosivo para la Iglesia? ¿No será más bien que él aludía a esas enigmáticas palabras que la Virgen reveló después de la frase “en Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc.”? (4ta Memoria de Lucía publicada el 8 de diciembre de 1941).
Esto explicaría mejor lo que dijo en el avión rumbo a Fátima el 11 de mayo del 2010 para celebrar el 10º Aniversario de la Beatificación de Francisco y Jacinta, a una pregunta sobre el Secreto de Fátima: “…es verdad que además del momento indicado en la visión, se habla, se ve la necesidad de una pasión de la Iglesia, que naturalmente se refleja en la persona del Papa, pero el Papa está por la Iglesia y, por tanto, son sufrimientos de la Iglesia los que se anuncian”.
Igualmente, durante la homilía en Fátima del 13 de mayo del 2010 con motivo del X aniversario de la Beatificación de los niños Jacinta y Francisco Marto, dijo: “Se equivoca quien piensa que la misión profética de Fátima está acabada…” (www.vatican.va).
A la luz de todo lo anterior, nos parece la mar de desconcertante que ahora salga el Padre Benedicto –Papa Emérito– a decir que todo lo del Secreto ha sido revelado y que no hay más. O al menos eso dice el comunicado anónimo de la Sala de Prensa Vaticana.
“Em Portugal se conservará sempre o dogma da fé, etc'.”
En la Cuarta Memoria escrita por la Hermana Lucía el 8 de diciembre de 1941, después de reproducir las dos primeras partes del secreto, añade una frase que sería, según Lucía, el inicio de las palabras de lo que aún era Secreto:
“En Portugal, siempre se conservará el dogma de la Fe, etc.” Esta frase explosiva dicha por la Santísima Virgen nos revela dos cosas: que el secreto son PALABRAS que Ella pronunció (no una visión conforme se dio a conocer en el año 2000, pues el texto de la visión revelado no comienza con estas palabras); y que el etc. indica que la frase continúa… ¿Dónde quedaron pues estas palabras?
Para aclarar lo anterior, recordemos que los niños videntes –Lucía, Jacinta y Francisco– tenían un acceso distino al evento de las apariciones. En efecto, mientras Sor Lucía veía a la Virgen, escuchaba su voz y podía hablarle, Jacinta Marto podía sólo ver y escuchar, pero no hablar con la Señora; mientras que Francisco Marto sólo veía y ni escuchaba nada y menos hablaba con la Virgen. Francisco pues, el primo de Lucía, siempre pudo ver todo, incluida la visión del infierno, pero no escuchó las palabras de la Virgen, que fueron percibidas por su hermana y su prima. Lo confirma la misma Sor Lucía en la cuarta “memoria”, de 1941. La aparición, al hablar sobre la tercera parte del Secreto, habría dirigido a Lucía y Jacinta estas palabras: “A Francisco sí, se lo pueden decir”. De este particular se deduce que el Tercer Secreto no solo contenía una visión (la del martirio de los cristianos y del Papa) sino también un conjunto de PALABRAS que la acompañaban y la interpretaban.
Se confirma que eran palabras lo que la Virgen reveló que el propio Canónigo Barthas escribe lo siguiente con motivo del interrogatorio que se le hizo a Lucía en 1924 y que sirvió como prueba para el proceso canónico de la Beatificación de sus primos. Al contar la aparición del 13 de julio, Lucía declara: “Después la Señora nos dijo unas breves palabras (palavrinhas) insistiendo en que no se las dijéramos a nadie, excepto a Francisco solamente”.
Aquí es fácil extraer una conclusión: si el Tercer Secreto consistía sólo en la visión revelada por el Vaticano en el año 2000, Francisco la hubiera visto al igual que Jacinta y Lucía. Pero si hay una parte de la que la Virgen dice que le cuenten a Francisco es porque tal Secreto abarca también las PALABRAS de la Virgen que él no ha oído, obviamente.
Existen cualquier cantidad de testimonios desde los años 40’s en que siempre se hizo referencia a que el Secreto eran Palabras dictadas por la Virgen. Por ejemplo, Juan Pablo II en 1994 se refiere a las “palabras que María dijo en Fátima a los tres pastorcillos que parecen acercarse a su cumplimiento”, es decir, que aún no se cumplen (Cruzando el Umbral de la Esperanza. Vittorio Messori. p. 216). Lo que confirma que para el año 1994 no se había verificado el contenido del Secreto. Nada que ver pues con el atentado que sufriera Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981 que la interpretación oficial de Sodano y Ratzinger nos presentaron como la visión del Secreto.
Y finalmente el propio Barthas interrogará a Lucía sobre el Secreto los días 17 y 18 de octubre de 1946 y confirmará que: “El texto de las palabras de Nuestra Señora fue escrito por Sor Lucía y guardado en un sobre lacrado” (Morlier. Il Terzo Segreto di Fatima. p. 196.)
La existencia entonces de dos documentos (el primero en formato de una carta escrita en una sola hoja de papel, y el otro en un cuaderno) es claramente testificada por varios testigos creíbles, incluyendo Sor Lucía; citados principalmente en el libro del Hermano Michel de la Trinité “Toda la Verdad sobre Fátima”. Las fuentes y los propios testimonios del Hermano Michel nunca han sido desafiados; por lo tanto, él es también un testigo que debe ser considerado auténtico y digno de toda credibilidad. El libro del Hermano François de Marie des Anges, Fátima: Tragedy and Triumph (Fátima: La Tragedia y el Triunfo) una versión en sumario de The Third Secret (El Tercer Secreto), también aporta información precisa para el propósito de los dos textos. El hermano François es también un reconocido erudito de Fátima.
Fátima y el Futuro Próximo
Cuando el Papa Juan Pablo II estuvo en Fulda, durante su visita a Alemania (del 15 al 19 de noviembre de 1980) un grupo de personas le hicieron algunas preguntas: una fue con respecto al 3er secreto de Fátima y otra sobre el futuro próximo de la Iglesia. Una de las personas presentes documentó este intercambio. Los nombres de los testigos están en las oficinas de la revista "Vox Fidei". Esta es la parte del texto correspondiente a las dos preguntas, publicado (en italiano) por esa revista (edición #10 – 1981).
- "¿Qué hay con relación al Tercer Secreto de Fátima? Ya debía haber sido publicado en 1960".
- "Debido a su impactante contenido y para evitar que el poder mundial del comunismo tomara ciertas determinaciones, mis predecesores proporcionaron información confidencial de manera diplomática. Además, debe bastar a cada cristiano saber lo siguiente: cuando se lee que los océanos inundarán continentes, que millones de hombres morirán repentinamente en pocos minutos... si esto es conocido, en realidad no es necesario demandar la publicación de este Secreto... Muchas personas lo quieren conocer sólo por curiosidad y sensacionalismo: pero olvidan que "saber" implica también una responsabilidad... pero sólo desean satisfacer su propia curiosidad. Esto es peligroso cuando al mismo tiempo, nada quieren hacer, diciendo: "¡Es inútil hacer algo para mejorar la situación!" Entonces el Papa tomó el Rosario y dijo: "¡Aquí está el remedio para esta enfermedad! Oren, oren y no hagan más preguntas. ¡Encomienden el resto a Nuestra Señora!"
- "¿Cómo irán las cosas con la Iglesia?".
- "Debemos estar preparados para enfrentar grandes pruebas inminentes, que podrían exigir también el sacrificio de la propia vida por Cristo... Las pruebas podrían ser atenuadas por medio de sus oraciones y de las nuestras, pero (ya) no podrán evitarse, porque solamente por este medio podrá llevarse a cabo una verdadera renovación de la Iglesia... tal como ya ha ocurrido muchas veces que la Iglesia surgió de nuevo por medio de la sangre. Tampoco será diferente en esta ocasión. Seamos fuertes y preparémonos, teniendo fe en Cristo y en su Madre. Oremos mucho y con frecuencia el Santo Rosario".
Conclusión
Existen muchas referencias –obispos y sacerdotes que estuvieron en estrecha relación con Lucía; comentarios de cardenales y de los Papas Juan XXIII, Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI; y pruebas documentadas desde 1944 en que Lucía puso por escrito el contenido del Secreto– que la grave y fuerte profecía de Fátima está a las puertas de cumplimentarse (como lo corroboran otras manifestaciones marianas del siglo XX) y más ahora que estamos al centenario de su manifestación. La fuente de mayor autoridad, la propia Hermana Lucía, que en sus rarísimas manifestaciones públicas pero auténticas, relacionó explícitamente la Tercera parte del Secreto con el Apocalipsis: “Está todo en los Evangelios y en el Apocalipsis, leedlos”. Llegó a indicar incluso de forma precisa los capítulos VIII a XIII del Apocalipsis (H. Michel. T.III. p. 533).
Esto nos revela, por un lado, un grave castigo material al mundo de proporciones “apocalípticas” por nuestros graves pecados; y por otro lado de orden espiritual, sintetizado en la homilía del Papa en Fátima en el año 2000:
“Y apareció otra señal en el cielo: un gran dragón (Ap. 12, 3) palabras que nos hacen pensar en la gran lucha que se libra entre el bien y el mal… El mensaje de Fátima es un llamado a la conversión alertando a la humanidad para que no siga el juego del dragón, que, con su cola, arrastró un tercio de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra (Ap. 12, 4)” (www.vatican.va).
O sea, una apostasía generalizada que enfrentará, dividirá, perseguirá y socavará a la misma Iglesia de Cristo hasta el extremo que parecerá que llega a su fin.
Respecto al contenido completo del Secreto, hay información de que la Virgen le reveló a la Madre Lucía poco tiempo antes de mayo de 1991 “que el Tercer Secreto iba a ser revelado durante el curso de una guerra de gran magnitud”.
Los peores presagios para el mundo y la Iglesia fueron advertidos para aminorarlos en duración e intensidad, pero los anuncios hechos por la Madre de Dios desde 1917 en Fátima fueron ignorados por la Jerarquía. Pues ni se ha consagrado a Rusia al Corazón Inmaculado de María; ni se reveló el Secreto en 1960 al mundo conforme indicación expresa de la Virgen; así como las graves inconsistencias y ambigüedades en torno al silencio impuesto a Lucía desde 1959 y a lo publicado en junio del 2000 como el Secreto de Fátima. Por tanto, lo advertido comenzó a verificarse y continúa realizándose ante nuestros ojos, pero los peores anuncios apocalípticos para la Iglesia y para el mundo están a las puertas. Afortunadamente, el mensaje de Fátima –y este es el sentido profundo de las profecías– anuncia incondicionalmente que al final el Corazón Inmaculado de María triunfará.
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