La Flagelación de la Iglesia - Cuarta y Última Parte

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El mensaje de Fátima nos advierte claramente una gran persecución contra la Iglesia, el Papa, los fieles católicos, religiosos y seglares. En efecto, se lee en el mensaje revelado en el año 2000 lo siguiente:

“…el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones.”

 

Por tanto, Roma también pasará por la persecución y purificación, lo que obligará al sucesor de Pedro a tener que huir de Roma sobre los cadáveres de sus sacerdotes. Y después será asesinado, junto con sus pastores y fieles.

 

Lo anterior coincide con la visión que tuvo Pío X. Durante una audiencia con el Capítulo General de los Franciscanos en el año 1909, el Santo Papa Pío X cayó en una especie de éxtasis. Despertó con una mirada llena de horror.   “Lo que he visto era terrible”, dijo. “No sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero he visto a un Papa huir de Roma sobre los cadáveres de sus sacerdotes.”   

Esto lo dijo, repetimos, hace más de 100 años.  Más adelante en su visión dijo el Papa Pío X: 

Él tomará refugio disfrazado en algún lugar y después de un corto retiro, él morirá de una muerte cruel” (Cfr.: Vacquié, Jean, Prophétiés de la Révélation privée, Paris 1987. En statveritas.com.ar).

 Por tanto, es una salida, según esta visión, en condiciones dramáticas — originadas por revolución, tribulación o persecución en Roma — sobre los cadáveres; similar a la visión de Fátima.

Tengamos presente que conforme a las partes 1, 2 y 3 de este artículo, el Papa que huirá no es Francisco, sino su sucesor legítimo.

Poder Mundial del Comunismo

Cuando al Papa Juan Pablo II le preguntaron en Fulda, Alemania, en 1980, sobre el por qué no se había aún dado a conocer el Secreto de Fátima, él contestó lo siguiente:  

“Dada la gravedad del contenido (del Tercer Secreto), y para no alentar al poder mundial del comunismo a tomar ciertas determinaciones, mis predecesores en el oficio de Pedro (Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo I) diplomáticamente decidieron aplazar su publicación (del texto)” (Publicado en la revista alemana Stimme des Glaubens y reproducido en el No 10 de octubre de 1981 de “Vox Fidei”. Así como en la revista El Sol de Fátima N° 82, Santander, España y la canadiense Royaume, 15 de octubre de 1983. Publicado también en "Chiesa Viva" N° 112, Brescia, Italia. En 1963, el periódico alemán Neues Europa publicó lo que pretendió ser “un extracto” del Tercer Secreto de Fátima por Louis Emrich). 

Entendida en su profundidad y extensión, la referencia del Papa es contundente y demasiado clara: “Para no alentar el poder mundial del comunismo a tomar ciertas determinaciones”. Por tanto, es suficientemente claro que, si los líderes de Rusia conocieran las palabras del auténtico secreto, con toda probabilidad decidirían realizar ciertas maniobras territoriales y militares contra las que el Occidente tendría pocos medios para resistir. O sea, que el texto haría referencia a una posible injerencia de graves consecuencias por parte de Rusia en Occidente, en Europa, y que se clarifica ante la visión del Secreto de Fátima conocida en el año 2000, que claramente habla de una salida de un Papa en circunstancias dramáticas, que todo indica es la ciudad de Roma. 

Más Profecías sobre el Papa, Roma y el Comunismo

En esta misma línea son algunos párrafos de lo que dijo la Virgen en La Salette:

Italia será castigada por su ambición de querer sacudir el yugo del Señor de los Señores. También será entregada a la guerra. La sangre correrá por todas partes. Las iglesias serán cerradas o profanadas. Los sacerdotes y religiosos serán perseguidos; se les hará morir y con una muerte cruel. 

El vicario de Mi Hijo tendrá mucho que sufrir, porque por un tiempo la Iglesia será entregada a grandes persecuciones. Ésta será la hora de las tinieblas. La Iglesia tendrá una crisis espantosa...

El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el fin para recibir su sacrificio” (León Blois. La que Llora Ed Maximiliano Kolbe. México, D.F).

Una profecía que sí vincula directamente a Roma con el comunismo y una revolución es la que transmitió la recién beatificada Madre Elena Aiello (1902-1961), también favorecida con los estigmas de la pasión y consultada con frecuencia por Pío XII por sus dotes de caridad, abnegación y profecía. Fundadora de las Hermanas Mínimas de la Pasión de Nuestro Señor. 

Su vida ha sido escrita por Francicso Spadafora, Sor Elena Aiello, La Monja Santa ( Citta Nouva Editrice. Roma 1964).  La Beata Aiello recibió la siguiente revelación de la Santísima Virgen un Viernes Santo, el 27 de marzo de 1959: 

“Italia será sacudida por una gran revolución y Roma será castigada por sus muchos pecados, especialmente los de la impureza (...) Rusia se impondrá sobre todas las naciones y de manera especial sobre Italia, y elevará la bandera roja sobre la cúpula de San Pedro” (Alerta Humanidad. Adams-Bonicelli. Madrid, 1974. p. 105-106).

Más clara no podría ser esta profecía, que indica una revolución e invasión rusa a Italia, pero particularmente al Vaticano.

Asimismo, en las apariciones de Garabandal, como se mencionó en capítulo precedente, se profetiza un resurgimiento del comunismo.  La niña Mariloli, una de las cuatro niñas videntes de Garabandal, – recientemente fallecida – también afirmó: ”que el Papa tampoco podría estar en Roma abiertamente... a él también se le perseguiría y tendría que esconderse como todos los demás”. Y otra de las niñas, Jacinta, dijo en una entrevista en agosto de 1989, hablando del Aviso que “está vinculado a una “invasión en Roma”, en la que el comunismo jugaba un papel muy importante.

Sor Elena Leonardi nació el 4 de noviembre de 1910 en Avezzano, Italia. En su vida adolescente figura prominentemente el Padre Pío de Pietrelcina, su director espiritual. Es el Padre Pío quien durante una confesión el 4 de febrero de 1947 le anuncia que la Virgen tiene un plan para ella: la fundación en Roma de una casa de oración que habrá de llevar el nombre “Casa del Reino de Dios y de Reconciliación de las Almas”.

En 1978 le dice la Santísima Virgen: 

Si no regresan al Padre, el Vaticano será invadido por revolucionarios comunistas”. En otra ocasión dice: “Traicionarán al Papa (…) Italia sufrirá una gran revuelta y será purificada por una gran revolución... Rusia marchará sobre Roma y el Papa correrá un grave peligro” (Adams-Bonicelli. Alerta Humanidad. p.204).

La beata Ana María Taigi, Madre de Familia (1769-1837), enriquecida con maravillosos carismas testimoniados por su confesor, el Cardenal Pedicini, y relatados en su proceso de beatificación, calificada como “prodigio único en los anales de la santidad”. Un mensaje de 1835 dice así: 

La religión será perseguida y los sacerdotes masacrados, el Santo Padre se verá obligado a salir de Roma” (Ídem. P.181).

Iglesia al Desierto y una Luz en el Oriente

El capítulo 12 del Apocalipsis nos refiere a la Mujer vestida de Sol – que representa aquí a la Iglesia verdadera – que se ve forzada a huir al desierto ante la guerra que le hace el dragón. El Papa entonces iniciará con el exilio la fase de la huida de la Mujer; de la Iglesia al desierto, a la pasión, al dolor, al sufrimiento, al ostracismo, a la incomprensión, a la humillación, exactamente igual que su Divino Fundador, Jesucristo, quién en Su Pasión redentora fue vejado, vilipendiado, ridiculizado, flagelado, coronado de espinas, escupido,  abofeteado, burlado por todos los enemigos, y también por aquellos que se decían sus amigos, todos instigados por el humo de Satanás. 

De la misma forma, en el desierto esta Iglesia deberá de esconderse para pasar por toda esta durísima prueba de purificación, en la que deberá de sufrir horas y semanas de horas, pero multiplicadas en el tiempo, porque nosotros sí somos los verdaderos culpables del pecado que ha desfigurado la imagen santa de la Iglesia. 

Por ello, Dios nuestro Señor tiene preparado para las horas más amargas y difíciles de la Iglesia en el desierto, la continuidad de quien deberá llevar adelante a la Iglesia en los momentos de la gran persecución y tribulación. En efecto, mientras todo esto esté sucediendo ante nuestros ojos, estallará una chispa desde el Este, que defenderá el Nombre, el Honor y el Sacrificio de Jesucristo, es decir, la Eucaristía.

Por ello, dentro del plan de Dios está que Occidente y Oriente se encuentren. Que esos dos pilares de la Iglesia se unan y la consoliden, y esto se cumplimentará cuando Rusia sea finalmente consagrada al Corazón Inmaculado de María (En mayo de 1952, Nuestra Señora de Fátima le dijo a la Hermana Lucía: “Comunícale al Santo Padre que continúo esperando la Consagración de Rusia a Mi Corazón Inmaculado. Sin la consagración, Rusia no se podrá convertir, ni el mundo tendrá paz”. Más grave aún es que, tiempo después, por medio de una “locución interior”, nuestro Señor, quejándose, le dijo a Lucía: “No quisieron atender a mi súplica (...) como al Rey de Francia (ni Luis XIV, ni Luis XV y Luis XVI atendieron el pedido del Cielo de consagrar Francia al Sagrado Corazón según el pedido hecho a Santa Margarita María de Alacoque en1689), se arrepentirán y la harán después, pero será tarde. Rusia habrá extendido sus errores por el mundo entero provocando guerras y persecuciones a la Iglesia; el Santo Padre tendrá mucho que sufrir”) pues la Iglesia no puede estar firme con un solo pilar. Y esta es la tarea de restablecer la plena comunión entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, para dar cumplimiento a esa promesa profética de Jesucristo que dijo a su Padre: “Que todos sean uno”.  Estas palabras fueron pronunciadas por nuestro Señor Jesucristo en su última oración antes de la pasión. Y esta oración no puede no ser atendida.  

A la mística ortodoxa griega Vassula, el Señor le reveló lo siguiente:

Mi ardiente deseo es que Occidente y Oriente se encuentren. Necesito que esos dos pilares de Mi Iglesia se unan y consoliden Mi Iglesia.

Desde el Oriente apresuraré un corazón generoso que, en su lealtad, sellará un pacto de paz con el Occidente” (5 de octubre de 1994).

Recordemos que, rota la unidad entre las Iglesias de Oriente y Occidente en el año de 1054, la religión se partió en dos: una fracción fiel a Roma y otra fiel a Constantinopla. Durante los siguientes casi novecientos sesenta años, ambas religiones han vivido bajo una excomunión mutua. Roma consolidó su poder en Occidente, mientras que la Iglesia Ortodoxa se consolidó en Europa oriental en los Balcanes y en el Cáucaso. Ambas Iglesias siguieron caminos diferentes, en sus ritos y tradiciones. 

En el fondo provienen de la misma matriz, pero ambas se asumen como el verdadero cuerpo de Cristo. Las dos ramas de Oriente y de Occidente se encuentran unidas permanentemente en Cristo por la Eucaristía y por el Espíritu Santo. 

Como escribe un obispo francés, Mons. Rupp, haciéndose eco del teólogo ortodoxo Soloviev:

Sustancial y teológicamente la inmensa hueste de ortodoxos y católicos constituye una gran familia en la Santísima Virgen. La Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica subsiste esencialmente tanto en Oriente como en Occidente y subsistirá eternamente a despecho de la hostilidad y el cisma temporales de las dos mitades del mundo cristiano” (citado por López Padilla Luis. La Traición a Juan Pablo II. P. 215).

Rusia Vaso de Elección

Aquí hay sabiduría, Dios ha designado a la gran nación de Rusia para ser un ‘vaso de elección’, que pretende usar como su instrumento escogido para destruir a la bestia masónica del Nuevo Orden Mundial. De ahí el por qué Nuestra Señora de Fátima solicitó la Consagración de Rusia. 

Lo mismo sucedió con Saulo de Tarso. Dios pidió que fuese consagrado, porque había sido escogido por Él para ser un ‘vaso de elección’ para la conversión de las naciones. Pero antes de convertirse, Pablo había sido un tenaz perseguidor de la Iglesia. También Rusia ha sido una gran perseguidora de la Iglesia; pero es llegado el momento de transformarse en vaso de elección, el instrumento en manos divinas para matar a la Bestia del Apocalipsis. Pero Dios solamente le concederá a Rusia el poder de destruir el Nuevo Orden Mundial ateo, cuando esa nación haya sido, como Pablo, designada y consagrada. Rusia ha sido escogida, como David fue escogido por Dios; pero David fue consagrado antes de ir y matar al gigante filisteo. Sin embargo, mientras no se cumpla la petición divina de la referida consagración, Rusia continuará siendo un instrumento de la ira divina.

Pero llegado el momento, entonces Rusia asumirá el papel histórico que adquirirá particular relevancia en los acontecimientos de los “últimos tiempos”, tal y como lo ha afirmado Fiódor Dostoievski en su Diario de un Escritor

Dostoievski soñaba con una gran cruzada, de tipo espiritual, para ganar a toda Europa, corrompida por el progreso, convirtiendo a esos países sin Dios, que han hecho del hombre un rey, que rinden culto al dinero y al placer. Según Dostoievski, Rusia es el “pueblo deífico” por excelencia, destinado a salvar al mundo. Afirmaba que era el único pueblo cristiano – Rusia – que no había sido contaminado por la civilización.

Decía que, “la doctrina de Cristo, en occidente falseada, se ha conservado en toda su pureza en el seno de la ortodoxia. Oriente dirá al mundo la nueva palabra que, oponiéndose al socialismo, redimirá de nuevo a la “humanidad europea” (Diario de un Escritor. p. 2019. Citado por Sáenz p.509).

Más sorprendente aún es cómo Dostoievski decía que Rusia salvaría al mundo por la Belleza. La naturaleza humana de Cristo, llena del Espíritu, es para Dostoievski la imagen bella por excelencia, el ideal de la Belleza, siguiendo en esto el Evangelio de Juan quien presenta el milagro de la Encarnación como la revelación de la Belleza: la Belleza se hizo carne.     

Otro autor de mente preclara es Vladimir Soloviev. Al tiempo que ama a Rusia con pasión, discierne sus errores y condena sus injusticias presentes o pasadas. Su gran anhelo es que Rusia vuelva a ser “la santa Rusia”, una Rusia que se engrandezca haciendo suya la idea universal de Cristo, la Santa Iglesia de Cristo, “la Iglesia Católica, que se vuelve, por el acceso a Rusia, más perfecta y más visiblemente católica” (Una Nueva Rusia - Un Newman Russe - Citado por Sáenz p.512).                              

Para tener una visión asertiva de cómo visualizaba Soloviev a Rusia en el futuro, este autor consideraba su vocación de tal envergadura, que era nada menos que “el telón de fondo de la Santísima Trinidad, en especial relación con el Verbo Encarnado. La realeza del Hijo debe someterse al sacerdocio del Padre y tener en cuenta la libertad que aporta el Espíritu Santo. La instauración de una teocracia libre mediante la aplicación social del principio trinitario, en la sujeción de la realeza al sacerdocio, tal será el resultado de la unión de Rusia con Roma, tal será la misión de Rusia”   (Vladimir Soloviev y su trabajo mesiánico, Les Belles Lettres, Paris, 1935).

Sobre este tema Soloviev volvió en su gran libro Rusia y la Iglesia Universal. Allí hablaba de tres cristiandades, o mejor, tres momentos de una única cristiandad, en los que ésta alcanza cierta plenitud de realización: la cristiandad del mundo greco-romano con Constantino; la del mundo romano-germánico con Carlo Magno; y la tercera y última, que es la que hará que se cumpla el destino histórico de Rusia y pueda convertirse en el brazo secular de la Iglesia.  

Es en este contexto en que quedan más claras las revelaciones que le hizo el Señor a Vassula;

Mientras todo esto esté sucediendo ante vuestros ojos, estallará una chispa desde el Este, se tenderá una mano leal desde el Este para defender Mi Nombre, Mi Honor y Mi Sacrificio. Mientras que las blasfemias estén brotando a chorros de la boca de la Bestia, se ofrecerá un corazón desde el Oriente para salvar a este Hermano (último Papa Romano, nota del autor) que será la presa del Maligno; y mientras que los tratados se rompan y los profetas sean rechazados y muertos, se escuchará una noble voz del Oriente: "Oh Irresistible, haznos dignos de Tu Nombre, concédenos ser uno en Tu Nombre..." (5 de octubre de 1994).

“¡Escucha, Casa del Este! ¡No te quedes sorda a Mis gritos! tú, bienamada Casa de Oriente, aguardabas que Mi Soberanía descendiera de lo más alto del Cielo para rescatarte, y ahora Yo te digo: mañana tras mañana tú vas a crecer en tu trono, pues, mira, de tu tierra brotará un Retoño de esperanza, un Retoño de rectitud y de perfecta paz, y los habitantes de esta Casa extenderán la paz por todas partes... y Mis ángeles descenderán con la insignia real en sus manos y le investirán a él para el trono como gobernante (28 abril 1995).

En conclusión, el carácter profundamente religioso y monárquico del pueblo ruso, ciertos hechos proféticos de su pasado, la masa enorme y compacta de su imperio y la gran fuerza latente que tiene hace indicar que el destino histórico de Rusia es suministrar a la Iglesia Universal el poder político que le es necesario para salvar y regenerar a Europa y al mundo.

Leer el artículo: La Flagelación de la Iglesia – Primera Parte

                       La Flagelación de la Iglesia – Segunda Parte

                       La Flagelación de la Iglesia – Tercera Parte

Tomado del Capítulo VII del libro María Santísima a la luz del Final de los Tiempos de reciente publicación de su autor LUIS EDUARDO LÓPEZ PADILLA.

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