En el mes de marzo sale a la luz mi nuevo libro - el número 29. En él analizo tres temas: las promesas que Cristo hizo a Pedro; el Pontificado de Francisco a la luz de los tiempos actuales; y las profecías sobre el mundo y la Iglesia. A continuación le presento algunos extractos del Prólogo y la Introducción.
…la elección de un Papa latinoamericano fue una gran sorpresa para el mundo completo, pero más aún por los inmediatos y primeros gestos del nuevo Romano Pontífice que, al tomar el nombre de Francisco mandaba, él o el Espíritu Santo, una señal a todos de lo que sería este nuevo pontificado para la Iglesia y para el mundo. Se dice, y con razón, que el Espíritu Santo manda el Papa que en ese momento necesita la Iglesia. Y vaya que en este caso el Cielo fue la mar de asertivo. Necesario era un Papa como Francisco para este tiempo. Y cada vez se confirma más.
Ahora ya han pasado casi 3 años desde la elección del Papa argentino. La mayoría de los fieles católicos aceptan y quieren al Papa. Les causa una grata impresión pues ven y sienten que quiere mostrar otra cara muy distinta de la Iglesia. Que vive y predica con el ejemplo. Es auténtico, sencillo y austero y se ha esforzado por llamar a todos de vuelta a la Iglesia. Con la forma en que se ha conducido como Romano Pontífice se ha convertido muy probablemente en el mayor líder mundial. Y ha dejado saber la hoja de ruta de su Pontificado: “El nombre de Dios es Misericordia”.
Pero no todos piensan igual. De hecho, desde el día de su elección, apenas aparecer el Papa en la Logia de las Bendiciones, un cierto y reducido sector llamado tradicionalista y mayormente de la Argentina –nadie es profeta en su tierra– levantó e hizo comentarios muy punzantes contra aquél a quien despectivamente llaman sólo… Bergoglio. Y la mayoría de estos grupos no solo han continuado sus juicios contra el Papa, sino que han endurecido su postura lanzando toda clase de improperios a su persona e investidura, y desde luego calificándolo hasta de hereje, falso, e ilegítimo. Esta postura ha encontrado cierto eco en otros grupos vinculados a algunas mariofanías que, haciendo un errado discernimiento, estiman que Francisco es el antipapa anunciado en muchas revelaciones privadas (recordemos que en el libro del Apocalipsis se habla de un falso profeta que tiene “dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero habla como dragón” C.XIII). A esto hay que agregar que los medios también contribuyen a ello presentándolo muy “moderno y liberal”, abierto y listo para cambiar la Doctrina de la Iglesia en temas de los divorciados vueltos a casar o de los gays. Por internet existen cualquier cantidad de videos que lo denuestan, acusándolo de haber traicionado la fe de la Iglesia. Ciertos vaticanistas, un día sí y otro también, reportan lo que a su juicio son inquietudes o perplejidades sobre el decir o actuar del Papa. Hubo uno incluso que escribió un libro para probar su tesis de que Francisco no es Papa pues supuestamente se violaron normas del proceso de elección.
Para el que esto escribe lo más delicado y es causa de más confusión de la que ya de por sí existe, es el hecho de que existen personas, laicos y sacerdotes, en diversos grupos o apostolados o individualmente y que se han destacado por años como fieles a la Tradición y enseñanza de la Iglesia, y con influencia en ciertos medios, que han caído en la tentación de dudar del Papa o, más grave, de desconocer su Autoridad Papal, creando mucha confusión, pues sus dudas las difunden por redes sociales. Y católicos sin mucha formación son grandemente afectados con las consecuencias que ello implica.
Este pequeño ensayo quiere aportar un poco de Luz a estos tiempos de mucha confusión que estamos viviendo y que estaban reiteradamente profetizados para el mundo y para la Iglesia si no hacíamos caso al llamado de conversión por parte del Cielo. Hasta cierto punto es normal tanta incertidumbre en torno al Papa, pues la situación en la Iglesia está muy lejos de ser medianamente optimista; al contrario, cada vez son mayores las nubes negras de tormenta que se avecinan; y a esto hay que agregarle la renuncia de su predecesor, que vive cerca de Francisco y se le conoce como Benedicto XVI, el Papa emérito. Esto aumenta las suspicacias y las odiosas comparaciones frente a un cuadro nada usual en la Iglesia.
Quisiera recordar a los lectores, que a partir de la renuncia de Benedicto XVI, este servidor comenzó a escribir un libro que terminé a los pocos días de la elección del nuevo Papa. El libro se llamó “Su Santidad Francisco”, y como subtítulo: “Estrategia de la Sabiduría”. Básicamente el ensayo tuvo como propósito enfatizar la especial presencia del Espíritu Santo en un momento tan difícil para la Iglesia con la elección del nuevo Romano Pontífice. Las profecías auténticas revelaban que el nuevo Papa sería conocido como el “rompedor” –lo cual así ha sido– y que llevaría a la Iglesia por un camino diferente en la forma de guiarla. Más aún, comenté que los “poderes del infierno” estarían furiosos pues ahora con el nuevo Papa tendrían que ajustarse a esta nueva realidad eclesial, lo que sería motivo de agitación para que se acrecentaran las ya acostumbradas críticas al Romano Pontífice, y que en el caso de Francisco serían ocasión de denuestos, descalificaciones, censuras, cuestionamientos de no pocos católicos, y demás persecuciones que sufriría a lo largo de su ministerio petrino. Y eso es precisamente lo que se ha constatado…
…Para tener un más claro discernimiento de lo que sucede en la Iglesia, es menester tener presente que en sentido estricto ha comenzado este breve tiempo de la Historia donde estamos llegando al final de los llamados “tiempos de las naciones”, y que estos se van a caracterizar por su falta de fe en el mundo y particularmente en la confusión en todos los órdenes de la vida. Las extrañas creencias y filosofías erradas oscurecen la verdad y esto no es ajeno a la misma Iglesia, salpicada de muchos problemas, conflictos y divisiones, no de ahora, sino desde principios del siglo pasado, pues ha intervenido –decía el beato Paulo VI– un poder adverso llamado Satanás. Y el mundo no es nada mejor, muy al contrario, el egoísmo humano, como causa primaria de todo mal, ha arrojado a la humanidad a una profunda indiferencia a las cosas de Dios, donde cada vez más le falta la fe, la esperanza y la caridad. Pues sus valores son el dinero la avaricia y el materialismo, regentados por el demonio Mammon; el placer, el erotismo y la lujuria, encabezados por el demonio Asmodeo; y el orgullo, soberbia y vanidad dirigidos por el demonio Leviatán.
Así que ante este panorama el Espíritu Santo mandó a su Iglesia un Papa con ciertas características y que además tomó el nombre de Francisco, ícono de la sencillez, humildad, pero también de la austeridad y del sacrificio, y al que Nuestro Señor le encomendó Reconstruir su Iglesia. Y, por si fuera poco, Jesuita, es decir, con espíritu evangelizador y misionero…
…Estamos ante un Año de Júbilo dedicado a la Misericordia de Dios. Más valdría bien acogernos a ella y no hacer oídos sordos a este llamado (¿el último?) pues las profecías nos dan certeza de que estamos ya muy cerca.
…El libro está dividido en tres partes. La primera aborda la enseñanza del Magisterio de la Iglesia sobre la figura de Pedro, la piedra sobre la que Jesucristo fundó su Única y Verdadera Iglesia. Él es el Vicario de Cristo, ni más ni menos. Sobre la Roca se ha edificado y sostenido la Iglesia en sus casi 2,000 años. Sea quien haya sido Pedro en sus 266 sucesores, “donde está Pedro ahí está la Iglesia: ubi Petrus ibi ecclesia” (San Ambrosio, Padre y Doctor de la Iglesia. Sobre el Salmo V, 30). Asimismo, “No se puede tener parte en la herencia de Pedro sino a condición de permanecer adheridos a su Sede” (San Ambrosio De Poenitentia, I, Cap. VII).
La Iglesia es sobrenatural, aunque no pocos esbozan una leve sonrisa burlona. Pero se mueve entre el tiempo y la eternidad; entre lo imperfecto y lo perfecto. Y en toda su Historia ha estado sometida a duras pruebas. Más aún, fue a Pedro a quien Satanás pidió a Jesucristo “cribarlo como el trigo” (Lc XXII,31). Y ahora está muy expuesta a su peor prueba. Por eso es conveniente saber o recordar qué profetizó Jesús sobre Pedro.
Se aborda el tema de que si un Papa pudiera caer en herejía; así como el tema aparte de la Infalibilidad Papal que tiene condiciones específicas. También las enseñanzas del Papa en su Magisterio ordinario de doctrina o disciplina; o las decisiones de orden prudencial o temporal…
La segunda parte de este breve ensayo dibuja quién es Francisco, porque muchos hablan y dicen de él, pero en realidad no lo conocen, y los que dicen conocerlo están envueltos en un prejuicio tan grande, que viven casados con sus ideas mentales viviendo un verdadero infierno.
La tercera parte aborda el futuro del Papa – de los que faltan en este final de los tiempos – del mundo y de la Iglesia. No son todos los sucesos que forman parte del fin de los tiempos, pero sí varios de ellos. La profecía sirve precisamente para prepararnos, pues “la flecha duele menos cuando se le ve venir”. Es un análisis meditado y detallado de los signos y señales – el llamado kairós – pero no entramos a las fechas concretas que le dejamos a Dios y a la Virgen Santísima, pues Ella tiene el poder de adelantar o retrasar el reloj divino. Pero siempre bajo la certeza de dos hechos fundamentales: primero, ni faltan 50 años para que todo comience ni todo se acaba en 5 años, como algunos suponen. Y segundo, es en nuestra generación – su servidor tiene 55 años – y la de nuestros hijos –mi hija mayor tiene 24 años– en que los eventos del fin de los tiempos tendrán lugar…
Termino con un Excursus que resume y engloba mi tesis sobre los tiempos actuales, los más grandes temores y las más grandes esperanzas, pues “dos caminos se abrirán; destrucción y construcción; derrota y victoria.”
…La opinión que este servidor expresa sobre los tiempos actuales es fruto de 33 años de estudio de los mensajes auténticos de la Virgen María, así como el análisis de la Revelación Pública hecha por Jesucristo que cumplimenta, ordena y da coherencia a lo anunciado por los profetas del Antiguo Testamento bajo el influjo del Espíritu Santo...
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